(Blogsandocs, Barcelona, noviembre de 2009)

Tanyaradzwa

“La idea es que nos mire más ella a
nosotros que nosotros a ella”
Alberte Pagán1

En Tanyaradzwa, como en la mayor parte de las películas, se libra
una tensión que es producto de un doble movimiento: en un constante
ir y venir, Alberte Pagán se dirige hacia lo que será film (desplazarse
a Zimbabwe, Tanyaradzwa, la voz de ella, su cuerpo, su entorno) para
allí imponérsele y, a su vez, el afuera, lo que será film, se incorpora
desde allí a la película.

Entre la polarización de esta relación de fuerzas, que siempre se ofrece
como desigual entre cuerpos, el del cineasta y el cuerpo filmado, el film
se irá fabricando poco a poco hasta que se produzca una inversión.
Pagán habla de su película como “antiantropológica”2 y explica que
“la película es su voz. No quería un film en que Tanya fuese un objeto,
sino un sujeto. Era ella la que me decía lo que hacíamos y la que me
indicaba si filmaba o no”.3 De este modo, Tanyaradzwa empieza a
construirse como un intercambio en el que se invierten los papeles.
El film comienza en primera persona introduciendo un punto de partida:
“Aquel día, perseguido por las fuerzas de ocupación españolas, cansado
de la falta de libertades, de la violación de los derechos humanos y de
la corrupción del régimen capitalista europeo, me fui a África. Allí conocí
a Tanyaradzwa”. Sin embargo, durante unos disturbios en Harare, es la
policía africana la que se lleva detenidos a Pagán y Tanya, quien en su
país vive en la calle y carece de documentación.

Si Jacques Rancière nos dice que “lo real debe ser ficcionado para ser
pensado”,4 esta voz inicial se sitúa como la ficción que permite que el
film comience a abrirse para pensarlo a partir de la confrontación de una
doble puesta en escena: la que impondrá Pagán y la que instaurará
Tanyaradzwa.

De un lado, el realizador pretenderá alejar la narración a través de
hermosos paisajes en largos planos fijos de encuadre muy cuidado,
primeros planos de Tanya a modo de retrato, la eliminación de la
causalidad dramática a través del choque que produce el montaje
en doble pantalla de determinadas escenas o la utilización de sonidos
saturados. Reconocemos la duración de James Benning o el pulso
de Philippe Garrel filmando a Jean Seberg para Les hautes solitudes (1974).

Pero Tanyaradzwa le guía por los lugares que ella reconoce como
suyos, tanto en el campo y la vida rural a las afueras de Harare como
en los conciertos por los pubs de la capital de Zimbabwe. Lo conduce
a la tumba de su madre, le presenta a sus amigos, le propone escenas
en función de lo que ella piensa que debe entrar en el film (como en el
momento en que se para a orinar al abrigo de un arbusto) y desborda
con sus gestos los retratos en primer plano, interpelando al cineasta.
Le manda detener la grabación en algún momento y, sobre todo, introduce
inconteniblemente la narración en la película a través del relato de su
vida en un plano de una hora de duración que Pagán dividió en varios
durante el montaje.

De esta manera, mientras el director intenta situarse del lado de los
Screen Tests (1964-66) de Andy Warhol o de los retratos de Gérard
Courant para su serie Cinématon (empezada en 1977), Tanya se
impone en el film al modo de He-Fengmin en la película homónima (2007)
de Wang Bing o de Odette Robert en elNuméro zéro (1970) de
Jean Eustache. Un modelo de cine que, por otra parte, trabajó el
propio Pagán en su película de 2004 Como foi o conto.

Y si Tanyaradzwa comienza con un primer plano de Tanya mirando a
cámara en que el blanco de su vestido resalta sobre el blanco de sus
ojos, tal vez el film sea el trecho que existe entre esta abertura y el
plano final, que echado sobre el rostro de ella nos muestra su ojo
blanco, castaño y negro que se cierra para devolvernos la mirada.

FICHA TÉCNICA
Dirección: Alberte Pagán
Dir. de fotografía y sonido: Alberte Pagán
Producción: Alberte Pagán
País y año de producción: España, 2009.

- – -

Nota: Tanyaradzwa fue pensada y editada como una película de 335 minutos
a finales de 2008. En 2009 su director decidió “atacar” la temporalidad de
su montaje inicial y elaborar un film de 186 minutos para proyección simultánea 4:3
en doble pantalla. Esta reseña está elaborada a partir de esta última versión.

1Presentación de Tanyaradzwa en proyección con dos pantallas el 24 de junio de 2009 en el Cineclube de Compostela.
2“O ollar antiantropolóxico”, entrevista de V. Oliveira en Galicia Hoxe el 24 de junio de 2009.
3Ver nota 1.
4Rancière, Jacques; El reparto de lo sensible; LOM ediciones, Santiago de Chile, 2009, p.48.

Ramiro Ledo Cordeiro

 

artículo publicado en Blogsandocs

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